Los Caballeros de Najd llegan a este compromiso impulsados por la confianza que les otorgó su triunfo 2-1 frente a Al Ittihad en semifinales, un partido en el que mostraron carácter y eficacia para imponerse en un escenario de alta exigencia. Los goles de João Félix y Sadio Mané fueron determinantes para asegurar el pase, aunque la expulsión del atacante senegalés dejó una nota negativa que condicionará su disponibilidad. Aun así, el resultado refleja la fortaleza competitiva del equipo, que demostró capacidad para responder en momentos clave y ahora buscará mantener esa inercia ganadora en la final, con la intención de consolidar su protagonismo en el torneo.
Por su parte, el Real selló su pase a la final con una contundente victoria 5-1 sobre Al Qadisiya en semifinales, una actuación que reflejó su poderío ofensivo y su capacidad para dominar el partido de principio a fin. Franck Kessié fue la gran figura con un doblete, mientras que Ivan Toney y Enzo Millot también se hicieron presentes en el marcador, consolidando un triunfo categórico. Este resultado no solo evidenció la solidez colectiva del equipo, sino también la efectividad de sus individualidades, que llegan en buen momento y le permiten encarar la definición con la confianza de ser un rival temible en ataque y con argumentos de sobra para aspirar al título.
