Tottenham atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente, con un balance muy negativo de una sola victoria, ocho derrotas y un empate en sus últimos diez partidos de Premier League, una racha que refleja la magnitud de la crisis deportiva que afecta al club. La dura caída 4-1 en casa ante Brighton expuso de manera clara sus principales falencias: apenas 32% de posesión, solo dos remates a portería y una evidente falta de orden táctico. El tanto de Dominic Solanke fue la única nota positiva en un encuentro donde los Spurs fueron superados en todos los aspectos, confirmando la urgencia de una reacción para recuperar competitividad y salir de la dinámica adversa.
Burnley llega a la Premier League con un impulso formidable, consolidándose como una de las revelaciones del fútbol británico tras una racha sobresaliente de ocho victorias y dos empates en sus últimos diez compromisos. Este rendimiento refleja la solidez y madurez del proyecto encabezado por su cuerpo técnico, que ha sabido potenciar tanto el orden colectivo como la eficacia ofensiva. Su triunfo más reciente, un 3-1 ante Millwall en Turf Moor con doblete de Josh Brownhill y gol de Jaidon Anthony, dejó claro su dominio absoluto, respaldado por nueve remates a portería y un 71% de posesión. Estas cifras confirman que los Clarets han alcanzado un nivel competitivo capaz de ilusionar de cara a su regreso a la élite.