Wolverhampton ha experimentado una mejora significativa bajo la conducción de Vitor Pereira, logrando seis victorias, tres derrotas y un empate en sus últimos diez partidos de Premier League, lo que evidencia un crecimiento en consistencia y rendimiento respecto a temporadas anteriores. Su más reciente empate en casa frente a Brentford, con gol de Marshall Munetsi, mostró un equipo capaz de generar peligro con seis remates a portería pese a contar solo con un 48% de posesión. Este desempeño refleja que los Wolves han encontrado un equilibrio clave entre solidez defensiva y eficacia ofensiva, consolidándose como un conjunto mucho más competitivo y difícil de superar.
Manchester City llega a este compromiso como vigente campeón de la Premier League, tras una campaña brillante en la que sumó siete victorias y tres empates en sus últimos diez encuentros, reflejando la consistencia y el alto nivel competitivo alcanzado bajo la dirección de Pep Guardiola. Su triunfo más reciente, un 2-0 sobre Fulham con goles de Ilkay Gundogan y Erling Haaland, confirmó la solidez del equipo para resolver partidos con autoridad. Con cinco remates a portería y un 54% de posesión, los Citizens demostraron su madurez táctica, capaces de controlar el juego con eficiencia sin descuidar el equilibrio defensivo, consolidándose como un rival de enorme jerarquía.